jueves, 19 de enero de 2012

Indios: todo está vivo aunque muchos rostros pálidos lo hayan olvidado


Por Tesa Vigal

Hace mucho tiempo, al principio de nuestra época pagana, los occidentales también sabíamos y sentíamos que la tierra y  todo lo que contiene está vivo. Árboles, ríos, montañas, lagos y lugares tienen alma, espíritus que los animan con un poder único y sabio que sólo revela su magia si nos conectamos con ellos.

Para eso es necesario estar abiertos, sentir ese lugar, dejar que se nos meta en la piel y escuchar y ver. Justo lo contrario que hacen ciertos rostros pálidos amantes de la vida sana, que utilizan el campo para respirar aire puro y hacer deporte en forma de marchas calculadas de un sitio hasta otro por narices. Lo mismo les daría practicar en el gimnasio y respirar una botella de oxígeno. No se va al campo para eso. No se trata de aire puro, a veces me pregunto para qué querrán tanta salud si no tienen una vida que vivir. Incluso, dentro de esa espiral absurda que trata de demonizar todo lo que huela a malas costumbres físicas, se pretende que el fumar contamina el aire olvidando que son los tiránicos coches devoradores, las centrales térmicas y las industrias las únicas culpables.

Actitudes reveladoras de una visión que reduce la vida a términos exclusivamente físicos y económicos.

La palabra  "wakan", es una palabra sioux que significa "sagrado" y sagrado para los indios es todo lo que es, refleja la propia esencia. De lo que sea, de quien sea. Dados los tiempos que vivimos supongo que esa visión de la vida es inusual, casi diría revolucionaria.
Añadían que por esa razón un animal, un árbol, una montaña son wakan y hay pocos hombres wakan.

"La pipa sagrada", es un libro descatalogado que recomiendo buscar en una biblioteca o leerlo en internet. El autor es Alce Negro, un guerrero-chamán sioux que cuenta los siete ritos sagrados mantenidos en secreto hasta aquel momento (años sesenta del siglo XX) en que se los dicta al periodista que le visita en su reserva de Dakota. También recomiendo "Los últimos sioux" del mismo autor en el que refleja la vida cotidiana de la tribu en la infancia y adolescencia de Alce Negro (en la primera foto del texto, arriba).

El rito del Calumet, la pipa sagrada que da título al libro, lo es porque el humo es un enlace entre cielo y tierra, de ahí que las hogueras sean purificadoras y formen parte de los ritos del solsticio de verano aún hoy en diversas partes de Occidente (en España recomiendo la fiesta de las hogueras de San Juan de junio en La Coruña, en la playa, dado que las más conocidas son las del litoral mediterráneo). Todo se basa en la actitud interior. Rezar es lanzar sentimientos al cielo, a los dioses, al Gran Espíritu dirían los indios.
De la misma manera que ante una persona podemos simplemente mirar la forma de su nariz, o tratar de captar.  su alma. Actitud que conecta o no.

Personalmente me impresiona el rito de Invocación de una visión. Quien necesite una respuesta a un estado de confusión o desolación interior primero se purifica en la cabaña del Inipi (dónde una vez más se purifica con el humo de las piedras calentadas a altísimas temperaturas en el centro de la cabaña cerrada) y luego sube en soledad a una montaña y allí se queda atento a cada cosa que sucede, a cada sensación y pensamiento hasta recibir una respuesta. Pues desde el momento en que la disposición es la búsqueda de una respuesta cada cosa es una señal. Y sólo entonces.

Una visión de la vida en torno a su sentido. Cada cual...

Naturalmente hablo de la antigua visión india, de la que poco queda "gracias" a la defenestración del hombre blanco. Y tampoco les reverencio, seguro que hay cosas y aspectos con los que no estoy de acuerdo. Creo que esa actitud que rechaza o reverencia en bloque una filosofía, una religión, una persona... sólo conduce a malentendidos y cadenas.

Lo que me conmueve de ellos, aparte de lo ya dicho, es la grandeza de alma revelada en frases como: "la venganza ata al enemigo y a ti con él". "El poder de una cosa, o de un acto reside en la comprensión de su sentido". "La comprensión debe venir del corazón, no sólo de la cabeza".

Y la tierra no es propiedad de nadie, cosa risible aunque la compren, somos parte de ella y en ella estamos de paso inmersos en el misterio de la vida. No hay que aferrarse a nada ni a nadie. Aunque vivamos toda la vida en el mismo lugar somos nómadas. En la caza se pide perdón al espíritu del animal recordándole que un día el cazador será, a su vez, alimento de la tierra y sus animales. Sólo se caza lo necesario, pues lo acaparador sería aferrarse y no vivir en el presente. Y al comer un animal o una planta uno se funde humildemente con ellos. Sol y luna fundidos en el interior de cada persona, lo masculino y femenino en todos y cada uno. Integridad y fuerza, sensibilidad y acción, intuición y sobriedad.

El tambor del universo y su ritmo regular con el poder de viajar a través de él hacia dentro y hacia fuera.

En lo años 90 surgió un grupo indio llamado Sacred Spirit que lanzó un disco con cantos sagrados a los que habían añadido una música fundida con la antigua. El resultado es sorprendente y en ciertas piezas sobrecogedor. Si se escucha (aquí inserto una de ellas en un vídeo) recomiendo hacerlo en momentos especiales, las sensaciones suelen ser... 


Y como guiño occidental curioso, incluyo el vídeo de una canción famosa a principios de los sesenta o finales de los cincuenta. Es insólita porque en aquel tiempo aún no se estaba revalorando a los indios, como poco después hizo el movimiento hippy contracultural. El grupo se llamaba The shadows (significativo, las sombras, eso es lo que eran en aquel momento cultural) y la canción quiere retomar el aire rítmico de los tambores indios mezclado con las primeras guitarras eléctricas. Se llama Apache. 

2 comentarios:

Nadie en especial dijo...

A 'El jugador' de Dostoievski lo tenía en la mira desde hace algún tiempo, pero a la de ya lo pongo al principio de la cola de libros por leer.

Me ha parecido magnífica la revista, ya tengo recomendaciones de libros y películas para el resto del año. De verdad, una felicitación y un agradecimiento.

Saludos.

Gastón Segura dijo...

GraciasTeresa por tu invitación; yo de los indios sé un poco por antropología, pero no tengo la buena disposición hacia ellos que tú demuestras, porque no han figurado demasiado en mi universo, salvo en el fílmico, Por todo eso, gracias.