domingo, 13 de noviembre de 2016

Leonard Cohen, la voz de un pájaro en el alambre

Por Tesa Vigal

"Un borracho salta por la ventana. Quisiera poder cantar así". 


Poetas que convierten poemas en canciones hay algunos memorables, como Tom Waits, Bob Dylan sobre todo, Lou Reed, Patti Smith... Y existen otros cuya música crea climas, tonos inolvidables, pero sólo unos pocos, entre ellos Leonard Cohen, poseen un equilibrio perfecto entre letra y música, de tal modo que la atmósfera resultante es avasalladora, imparable, envolvente hasta empapar la sangre y alma de los que escuchan.

Otro rasgo distintivo de Cohen es su ambigua sobriedad, y además está su voz, junto a la Tom Waits y Janis Joplin, una de las voces más personales y rotundas, tanto que por sí solas son un instrumento musical más, fundido por entero con el resto de la canción que así se torna indivisible. Una sola experiencia conjunta que va calando en profundidad irremediablemente, sin dejar a nadie indiferente.

Lo primero que hizo fue escribir poemas y dos novelas durante los años que vivió en una isla griega. Fue a continuación, ya en la treintena, cuando se fue a Nueva York echando de menos la música como parte de sus poemas. Allí empezó a grabar sus primeros discos, y vivió un tiempo en el hotel Chelsea frecuentado por otros artistas, entre ellos Janis Joplin. De su encuentro erótico surgió su canción "Chelsea hotel".


Su admiración por Lorca le hizo poner música a uno de sus poemas de "Poeta en Nueva York": "pequeño vals vienés". Y ponerle de nombre Lorca, a una hija.
Su inquietud le llevó más tarde a vivir en una granja en Tenesse y últimamente a pasar algunos años en un monasterio zen californiano, donde le llamaban "el silencioso".

Todas estas vueltas de su camino aparecen reflejadas, unas en potencia, otras directamente, en una entrevista de los comienzos de su carrera musical, tras un concierto en París en 1970. La curiosidad de este hecho vuelve muy interesante transcribir la entrevista, porque además refleja perfectamente las ondas de ese tiempo, y cómo se veía a España entonces desde fuera, un país de régimen totalitario en donde muchos, Cohen no, se negaban a actuar.

Fragmento de la entrevista de Michel Brillé y Jacques Vassal, en los años 60:
Michel Brillé: Me preguntaba si sueles usar poemas ya escritos anteriormente para convertirlos en canciones.
Leonard Cohen: Siempre ha habido una guitarra invisible detrás de toda mi obra, ya sea en la que 'ellos' llaman prosa, o en la que llaman poesía, que son distinciones que yo nunca he hecho. A veces los poemas nacen con la música, otras es la música la que nace tras ellos, y a veces las palabras reclaman una música para hacerlo perfecto.
Jacques Vassal: Las autoridades y la policía griegas debían estar al corriente de tus actividades artísticas ¿te encontraste en alguna ocasión en dificultades con ellas?
L.C: Trato de vivir bajo todos los regímenes sin necesidad de disimular nada, aunque cada vez sea más difícil hacerlo. Creo que no hay un solo régimen en el mundo con el que no me sienta molesto, pero... no tengo ninguna intención de que me detengan... Existe gente más apta que yo para vivir ese tipo de situaciones. 

Michel Brillé: En la literatura francesa, hay alguien que se podría decir que se te parece como un verdadero hermano, ese hombre es Camus.
L.C: Para mí es un gran cumplido.
J.V: En tus canciones se adivina, y más especialmente en tu voz y tu manera de cantar una especie de sonrisa irónica escondida tras el micro y una inmensa amargura. ¿Crees que te falta optimismo?
L.C: A veces me siento del todo desesperado; incluso llego a considerarme como un acontecimiento cómico en el mercado. (Se ríe)
J.V: ¿Cómo reaccionas ante este fenómeno, un poco comparable con el que le pasaba a Dylan hasta hace poco, de que millares de jóvenes del mundo esperen de ti, como de una especie de profeta, secretos revelados, o respuestas a sus problemas más apremiantes?
(Su respuesta es semejante a la de Dylan, cuando le preguntaban sobre el mismo tema. Por cierto, me encanta el comentario de Dylan ante la noticia del premio nobel a Dylan: “es como si le pusieran una medalla al Everest por ser la montaña más alta del planeta”)
L.C: Yo no sé si tengo algo que enseñar, pero me he hecho la promesa de decir todo lo que sé. A veces me veo simplemente como un mal ejemplo; si la enseñanza existe en este sentido, entonces quizás... 

(Llegada de otros periodistas. Cohen se ha sentado en la alfombra, imitado por casi todos)
Pregunta de una periodista: ¿Puedes tratar de definirte, con tu principal cualidad y tu principal defecto?
L.C: Me es muy difícil hablar de mí mismo, he hablado tanto de mis obras que siento hasta vergüenza de hablar aquí ahora.
Pregunta Periodista: ¿Lees los artículos y las críticas sobre ti?
L.C: No, para mí cuando hay crítica, es la crítica la juzgada.
P.P: ¿Cuál es tu concepto de la felicidad?
L.C: Un tipo de música, de colores... No, no me siento capacitado para hablar de ello. Pero entiende que no es que busque esquivar tu pregunta, pero debo ser honesto con lo que sé, y sé que cuando hablo de felicidad suena a falso. He leído a autores y a maestros que saben devolver, quizás, a las gentes sobre "el camino recto", pero mi papel no es estar entre ellos.
P.P: ¿Crees que vives de acuerdo con tus normas?
L.C: Tengo muchas normas ocultas; mi preocupación es eliminarlas. Eso, creo que es mucho más importante para cada uno de nosotros que querer alcanzar modelos ya conocidos. Estamos aquí en una difícil situación. Yo estoy aquí porque los medios de comunicación tienen hambre de manchar papel y de llenar el tiempo de antena, y yo lo comprendo, pero eso es una consecuencia bastante extraña al hecho de que un hombre escriba canciones.
Jacques Vassal: ¿Qué opinas de la gente que hace canciones políticas?
L.C: Hay una guerra, y nadie en mi opinión puede escapar de ella; y la gente tiene maneras sutiles y menos sutiles de combatir... No sé... Hay una especie de conflicto vicioso que nos concierne de alguna manera a todos; en un sentido, todos combatimos, en otro todos colaboramos, y yo no sé quién es el enemigo...

J.V: ¿Aceptarías cantar en África del sur o en España? (recordar que es una entrevista de los años 60, época franquista)
L.C: Sí, me gustaría hacerlo. No sé lo que ello 'probaría', pero si fuera posible dejar una nota de paz en el aire, valdría la pena hacerlo. Yo sé que en muchas partes del mundo hay gente hambrienta por ese tipo de nota. Muchas naciones y muchas personas se han hecho intolerables. Yo mismo, en un sentido, me he hecho intolerable... Los regímenes opresores no son más que manifestaciones externas de un trastorno total.
Pregunta Periodista:¿A qué característica de tu obra atribuyes el hecho de que numerosos jóvenes se sientan reconocidos en ella?
L.C: Encuentro muy difícil hablar del efecto de mis canciones. Es como si tuviera la voz de la autenticidad. Recuerdo un poema español que venía a decir, poco más o menos: "El Canto Verdadero pasa de labio en labio, de corazón en corazón, sin que nada lo pueda enjaular ni detener". Y así es como las canciones han tomado una verdadera importancia en la actualidad, no sólo las mías... Vivimos en una gran época para las canciones... La Canción, o la expresión del Misterio...

Curiosamente, en esa entrevista no le preguntaron sobre el sexo, ni sobre el amor, a Cohen el amante del amor... Ni sobre la fuente de sus poemas y canciones. Ahí van algunos de sus comentarios y frases que podrían llenar ese hueco:
"Conquístame o piérdeme, para eso sirve la oscuridad" (de “Dama de medianoche”).
"Las más sutiles sensibilidades de la época están convulsionadas con el dolor. Lo que significa que un cambio está a la vuelta de la esquina".

En una fiesta en Nueva York, una jovencita le pregunta cuál es su pasatiempo favorito. Y Cohen, imperturbable responde: "la masturbación".
"Una de las razones por las que tenemos guerras periódicamente, es para que los viejos puedan disponer de las mujeres de los jóvenes y eliminar la competencia por sus posiciones sociales. En cuanto al contenido, nada puedo decir, excepto que existe como realidad psíquica. Es auténtica"
"Yo estoy totalmente por el matriarcado"
"Como un pájaro en el alambre, como un borracho en un coro de media noche he intentado, a mi manera, ser libre".
"Cuando veo la cara de una mujer transformada por el orgasmo que hemos conseguido, entonces sé que nos hemos encontrado. Todo lo demás es mentira".
"La poesía no es una ocupación, es un veredicto".
"El matrimonio no es una prisión, es un cementerio. El lugar donde muere el amor y donde puede descansar"
"He dado algunos conciertos en hospitales psiquiátricos, pero no lo he hecho por caridad, ni por sentido del trabajo. Lo hago porque les llevo alegría, porque esa gente está en el tono de mis canciones. Siento que las entienden, siento que están en el mismo paisaje que ve nacer mis canciones".
“Pero ahora estoy frío como una hoja de afeitar nueva/ y necesito tu amor oculto” (De “So long Marianne”).

En fin, lo mejor para conocerlo es escucharlo. Obvio. Su atmosferaza cambia en pocos segundos cualquier ambiente. Aquí dejo una muestra, ‘I can’t forget’, una de las canciones del gran álbum de los 80 ‘I’m your man’, donde está incluida su versión de Lorca.
Versos del estribillo: “y no puedo olvidar, pero no recuerdo qué / pero no puedo olvidar, pero no recuerdo a quién”.