jueves, 7 de febrero de 2019

Bye, Bye cajitas ¿qué es una persona? Nina Simone-Hair-Sargent Pepper (Contracultura II)

Por Tesa Vigal


A partir de 1967 la letra de las canciones hablan de otras maneras de vivir. Pasaron a ser tan importantes, o más, que la música. Como si todo lo que flotaba en el viento, que diría Dylan, se plasmara en aquella exploración que englobaba todos los aspectos de la vida humana (su sentido, la libertad como base imprescindible del amor y el sexo, opuesto al poder, la consideración de personas más allá de clasificaciones).


Esto no ha vuelto a suceder (salvo excepciones) y yo echo en falta aquella abundancia de contenido. Todo tenía significado en la música, el orden de las canciones en un disco, sus títulos y portadas, lo que supongo que debe chocar en esta etapa de canciones sueltas, picoteadas, sin portada ni contexto y con letras generalmente inexistentes. Que yo sepa, el primer disco que tuvo todas las canciones unidas unas con otras, formando una obra entera fue el Sargent Pepper de los Beatles. Reflejado también en su portada, en la que aparecen un montón de gente en la foto junto a ellos. Entre otros Allan Poe, Marilyn Monroe, Karl Marx, Dylan, Jung, o el Gordo y el Flaco (quien quiera ver la lista entera puede consultar la página de wikipedia en la aparecen con un número identificador). 


   
A veces se nos olvida, o simplificamos por miedo, que cada persona es una combinación única de nosotros mismos y nuestro ambiente (que diría Ortega y Gasset). Las cualidades y defectos propios pueden quedar oscurecidos, dormidos o modificados por las circunstancias, y éstas no determinan de manera absoluta sino que nos influyen a nuestra manera, conformando un laberinto irrepetible. Por eso lo más importante no es lo que nos sucede sino cómo lo vivimos. Y por eso una persona no es su raza, ni su religión, ni su nacionalidad, ni su política, ni su género, ni su profesión. Esto es lo que canta Nina Simone, en una versión de una de las canciones del musical 'Hair' sobre aquellos años, y que en 1979 Milos Forman llevó al cine. La cosa tiene miga, para quien quiera verla. Que disfrutéis.  

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