Siempre ha rehuido, salvo contadas excepciones,
las entrevistas. Sin embargo existen multitud de comentarios espontáneos sobre
la marcha, en diversas circunstancias, hablando con amigos, en comentarios en
medio de una gira, grabando algún disco, o en medio de algún proyecto. Por
ejemplo: "Quien no está ocupado viviendo está ocupado muriendo".
En la peli de Haynnes, las diversas facetas
están interpretadas por distintos actores. Entre los principales Heath Ledger
como el Dylan acústico-folk de los primeros tiempos, Christian Bale el de la
época cristiana, Richard Gere es el Dylan agreste, viviendo en el campo rodeado
de caballos, de los últimos tiempos. También aparece el niño negro vagabundo
tocador de blues, y el poeta ¿maldito?, aunque no conozco a los dos actores que
los interpretan respectivamente. Punto y aparte es la inquietante y sublime
Cate Blanchett interpretando su época desquiciada de estrella de rock (ganó por
este papel el globo de oro y fue nominada al oscar).
En fin, esto de ver etiquetas en vez de a una
persona es mala cosa y crea muchos malentendidos. A nivel de relaciones
sociales, incluso suele surgir incomprensión entre alguien de muchas facetas y
gustos varios y alguien más unilateral que no logra entender al primero. Cosas
del tipo de "Si te gusta Leonard Cohen no pueden gustarte los tambores
africanos o el punk", o "Si te gusta Blake no puede gustarte Kerouac
"...
Directa o indirectamente su influencia es
variopinta, sorprendente y casi infinita.
Entre sus libros destacan la inclasificable
"Tarántula", a modo de novela, de 1971. Y "Crónicas I"
publicado hace pocos años, a modo de apuntes biográficos-artísticos, esto es
hablando de anécdotas internas y externas de su proceso creativo. Fascinante
inmersión en el interior de sus motivaciones.
Dirigió la película "Reinaldo y
Clara", en los 70, de cuatro horas de duración, distribuida finalmente en
una versión de dos horas. Y como actor ha participado en varias películas.
Destacan "Pat Garrett & Billy el niño" de Sam Peckinpah, y
"Corazones de fuego" de Richard Marquand que sólo se estrenó en
Inglaterra.
No ha dejado de grabar discos y sus actuaciones
y giras en directo han sido casi continuas. (A la izquierda foto de un concierto con la mítica the band). Yo le he visto en directo dos veces. Las dos me dejaron
asombrada porque en sus actuaciones no reproduce sus discos; los vuelve a
crear, hasta el punto de que sus canciones más famosas son irreconocibles. Está
claro que disfruta tocando "en vivo". Nunca esa expresión me pareció
que tenía un alcance más profundo que con él. Suscribo las palabras de Jordi
Sierra en su biografía, hablando de que el "Dylan de siempre" no
existe: "Nunca lo ha hecho. Sus reglas de juego son otras: mirar hacia
delante, seguir los impulsos intuitivos, dejar la nostalgia y la
auto complacencia para otros"
Durante un invierno en Alemania hace mucho
tiempo, junto a una amiga auténtica que estudiaba allí, escuchamos tanto el
disco de "Highway 61 revisited" que se jodió la cinta. Por entonces
admiraba unas pocas de sus letras. Ha sido hace poco, a través de la
recomendación de un amigo de su penúltimo disco, cuando fuí consciente de
cuánto me atrapaba su música y, sobre todo, me quedé deslumbrada por sus
letras. En fin, me ocurrió lo contrario de la decepción por viejos gustos. Fue
un redescubrimiento inesperado, porque tenía a Dylan medio olvidado.
Él mismo condensa su vida en forma de
poema-crónica. No tiene desperdicio. Se puede leer entera en la interesante
página www.goddylan.com Se titula "Mi vida en
un momento robado", y entresaco algunos curiosos versos significativos:
"Hibbing es una buena ciudad,/ huí de ella a los 10, 12, 13, 15 y medio,
17 y 18 años/ fuí capturado y devuelto allí todas las veces menos una(...) Me
expulsaron de la clase de inglés por escribir tacos(...) También fracasé en la
clase de comunicación por llamar por teléfono/ cada día para decir que no podía
ir(...) / Fui bailando todo el camino desde los festivales indios de Gallup/
Nuevo Méjico, el Mardi Grass de Nueva Orleans/ con el pulgar al viento, ojos
adormecidos, el sombrero vuelto/ y la cabeza dándome vueltas/ vagué a la deriva
aprendiendo nuevas lecciones/me fabriqué mi propia depresión,/ subí a trenes de
carga por divertirme/y fui aporreado por diversión./ Corté césped por
veinticinco centavos/ y canté por diez (...)/ en algún lugar me tomé el tiempo
necesario/ para empezar a tocar la guitarra(...)/Y aún no puedo encontrar
tiempo para regresar y ver por qué y dónde/ empecé a hacer lo que estoy
haciendo(...)/
De él opina casi todo el mundo. Lennon reconoció
que el primer peta se lo pasó Dylan. "Es un pozo sin fondo" (Lou
Reed)-"Si Elvis liberó mi cuerpo, Dylan liberó mi mente" (Bruce
Springsteen). (Abajo foto de los últimos tiempos)
Hacia los 13 años es un asiduo visitante de la tienda
de discos. Le gusta la música negra y le impresiona profundamente la irrupción
del rock en esa década de los 50. Rock es lo primero que tocó. Y a los 20 años
llega a Nueva York... Pero para su vida existen montones de libros. Cualquiera
puede valer para conocer datos. Sólo hay que tener especial prudencia para
dejar aparte las interpretaciones de los mismos; en el caso de Dylan son
especialmente emotivas en un sentido o en otro.
POEMAS-LETRAS
"Yo
veía cosas que otros no veían. Eso lo he sentido toda la vida, lo he captado a
mi alrededor. Y no es fácil, es terrible. Los demás se ríen".
Hace un par de meses, redescubrí sus letras a
partir de los versos citados en un libro que me salió al paso, y me llamó la
atención por el subtítulo (años de luces y sombras) que coincidía con un
periodo crítico (años 80) en su vida. Paul Williams cuenta en su libro que en
ese momento Dylan miraba sus antiguas canciones y se preguntaba sobre su
sentido, sin poder tocarlas en el escenario "¿Qué es todo
esto?", le oían murmurar los músicos, negándose a citarse a sí
mismo. Hasta que de pronto, en medio de una actuación con la banda de Tom
Petty, en 1987, al aire libre y rodeados de niebla y viento, el propio Dylan
cuenta que una frase cruzó su cabeza: "Estoy decidido a resistir, tanto si Dios me libra como si no. Y
de pronto todo estalló en todas direcciones. Y noté que toda la gente que
estaba allí... Supe que tengo que salir a tocar estas canciones. Eso es lo que
debo hacer".
De ahí pasé a leer varios de los libros de sus
letras y me reencontré con algunas. Algunas son historias condensadas en
escenas. Por ejemplo en "Ballad of Hollis Brown":
"Tus críos lloran más
fuerte,/machacando tu cerebro./ Los lamentos de tu mujer apuñalan/como sucia y
violenta tempestad./ Tu pasto se ennegrece, no hay agua en tu manantial (...)/
Tu cerebro es una sangría/ y tus piernas no pueden permanecer en reposo (...)/
Siete murmullos forman un soplo/ alrededor de la puerta de la cabaña".
Otras son líricas. Y otras son las que más
incomunicación generaron en algunos por oníricas, o surrealistas y a un icono y
un baluarte se le exige una explicación. Para él las canciones son una
experiencia: "... tratar de entender el significado completo de las palabras puede
destruir el sentimiento de la experiencia como un todo". "La canción,
sin embargo, ya estaba ahí antes. Yo sólo la he recogido. Sólo fui hasta el
lugar en que estaba y la arrastré con mi mano y mi pluma, pero seguía estando
ahí antes de que yo llegase".